martes, 30 de diciembre de 2008

La virtud en Platón


Julio Ibarra, trabajo final para la clase: el idealismo y Platón con el maestro Adalberto Hoyos Bermea













Virtud:
El tema de la virtud en los dialogos de Platón es de gran importancia, llegaremos a comprender como el termino de virtud a cambiado en el lenguaje latino, y como a tomado su lugar en diferentes formas de la vida humana, ubicandonos de alguna manera con la idea del arete griego de los dialogos de platón y con algunas otras formas de interpretación de la misma virtud como la religión cristiana.
Para Leer Todo Click Acá.


Definiciones etimológicas:

En griego, arete es e: Excelencia, mérito, perfección [de cuerpo o de espíritu, de las personas o de las cosas]; inteligencia, pericia; fuerza, vigor; valor, bravura; virtud [en plural proezas, acciones virtuosas]; servicio prestado o merecimiento contraído; nobleza de ánimo, alteza, generosidad; honor, gloria; prosperidad, dicha.[1]

Del latín “virtus”, que es un derivado de "vir", que significaría "hombre".
“En efecto, en Roma existían dos clases de hombres muy diferentes entre sí, el "vir" y el "homo". Por simplificar, el "vir" se correspondería con el señor, el guerrero, el hombre libre, el que no es propiedad de nadie, y sí en cambio propietario de tierras, ganados, hombres, mujeres y niños. El "homo", en cambio, se correspondía con el esclavo, del que era prácticamente sinónimo. El "vir" vivía de la depredación de toda clase de bienes, entre ellos, de otros "viri" a los que convertía en "hómines". Bien está, por tanto, la denominación de "Homo Sapiens" para nuestro antepasado, si como muchos sospechan, era él el cazado y el devorado. Pero si los restos con los que se ha construido el eslabón corresponden al cazador-devorador, más propiamente se le debería llamar "Vir Sapiens".

La "virtus" era el conjunto de comportamientos gracias a los cuales el "vir" podía mantenerse como tal. Y la falta de "virtus" era el conjunto de comportamientos que le podían hacer perder esta condición y que tenía que practicar en sumo grado cuando era sometido a la condición de "homo" o "servus". La "virtus" era, pues, el código de conducta del dominador, y la "humánitas" el código de conducta del dominado.
Este par de palabras, "virtus" y "humánitas" han contenido durante milenios las esencias de lo que hoy llamamos "la humanidad". Los cambios profundísimos de ésta nos dan la medida de cómo ha tenido que ir cambiando el significado de estas palabras, que se han mantenido invariables mientras la realidad que denominaban iba dando giros copernicanos y cambiando de órbitas.

En efecto, para cuando Horacio dice "Virtus in medio est", “la virtud está en el medio”, o cuando Cicerón en un arranque de humildad confiesa: "Homo sum, nil humanum a me alienum puto", “soy hombre, nada humano considero ajeno a mí”, han tenido que cambiar muchísimo los valores de estas palabras. Y eso sólo era el principio. El cristianismo y la Revolución Francesa acabaron de consumar la fusión del hombre dominador y el hombre dominado en una sola palabra, "hombre", dejando la de "señor" (heredera de "vir") como reliquia para usos protocolarios. Y la palabra "virtud" se ha llenado con los valores que corresponden a esta fusión del dominador y el dominado, con un predominio del dominado, como se desprende de la realidad y de la propia palabra elegida para denominar el nuevo producto de la fusión.”[2]

Podemos ver un peso tremendo que la palabra virtud puede tener, lo importante es saber que cuando hablamos de virtud nos referimos a la excelencia que el hombre realiza de sí mismo. Notando que en diferentes editoriales españolas o mexicanas, podrían poner excelencia o virtud, la más usual que considero es virtud.


1) Virtud: f. En fil. Gr. Estado de una cosa que constituye su excelencia propia y la capacidad para realizar bien su función. – Fuerza, valor- Integridad, bondad.[3]

2) Virtud: Disposición habitual para cumplir una cierta categoría de actos moralmente buenos. Fuerza por la cual la voluntad se ordena al bien y se conforma al deber.[4]
Las virtudes cardinales son: La Prudencia, La Justicia, La Templanza y La Fortaleza se encuentran ya en el paganismo grecorromano. En Platón se encuentran asociadas tres a cada una de las partes que tiene el alma según su teoría (se explicaran con más detenimiento en los diálogos platónicos). La virtud de lo racional es la prudencia, la de lo irascible es la fortaleza y la de lo concupiscible es la templanza o moderación. La cuarta, que es también la virtud más importante de todas, es la justicia, que nace cuando cada una de las partes del alma cumple bien su tarea y viene a ser así una virtud rectora encargada de cohesionar las otras tres. También se encuentran formuladas en Cicerón, en su tratado De officiis (es decir, "Sobre las obligaciones") y por el emperador filósofo Marco Aurelio en sus Meditaciones.

[]Las virtudes cardinales se diferencian de las virtudes teologales en que no tienen por objeto a Dios mismo sino el bien honesto. Dado que ordenan los actos en orden al fin sobrenatural, se distinguen también de sus correspondientes virtudes adquiridas.
El Cristianismo añadió a estas virtudes las llamadas Virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.[5]En teología católica las virtudes cardinales infusas son hábitos que disponen al entendimiento y a la voluntad para obrar según el juicio de la razón iluminada por la fe para que ésta escoja los medios más adecuados al fin sobrenatural del hombre.
Royo Marín siguiendo a Tomás de Aquino hace una analogía que permite aclarar mejor su función:[6]
“La relación que dicen las virtudes morales a las teologales es, en el orden de la gracia, la misma que dicen, en el de la naturaleza, las virtudes adquiridas a los actos de la sindéresis y rectitud de la voluntad.” .Royo Marín, op. cit. pág. 135.
Para determinar su número, los teólogos moralistas suelen considerar los objetos honestos de la voluntad y luego agruparlas en cuatro principales: prudencia, fortaleza, justicia y templanza. Son llamadas también virtudes morales[.[7]
No son una especie de géneros de otras virtudes que serían sus «especies». Tienen sus objetos propios pero al mismo tiempo engloban a otras virtudes.
Las demás virtudes se agrupan alrededor de las cardinales pero no son especies de ellas sino que al decir cardinales se subraya solo la influencia de unas en otras.
Su existencia fue negada por algunos famosos teólogos como Duns Scoto, Guillermo Durando y Gabriel Biel aunque otros de la categoría de Tomás de Aquino, Agustín de Hipona y Gregorio Magno admitían su existencia partiendo de algunos textos de la Sagrada Escritura:[8]
Si amas la justicia, los frutos de la sabiduría son las virtudes, porque ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la fortaleza, las virtudes más provechosas para los hombres en la vida.
Sb 8, 7
Mostrar en nuestra fe virtud, en la virtud ciencia, en la ciencia templanza, en la templanza paciencia, en la paciencia piedad, en la piedad fraternidad y en la fraternidad caridad
2P 1, 5-7
]Claramente, en las virtudes teologales, se muestran las grandes influencias que dejo Platón y el cambió que dieron junto con las diferentes disputas entre el orden de las diferentes virtudes.
Para Aristóteles la virtud es una "excelencia añadida a algo como perfección". Y para él hay dos tipos de virtudes, las virtudes que perfeccionan el intelecto, virtudes intelectuales o noéticas; y las virtudes que perfeccionan la voluntad o virtudes éticas o morales.[9] La virtud, para muchos pensadores, es solamente el trabajo del hombre en cuanto a su propio bien, sin pisotear a las demás personas, llegar a moderar las diferentes acciones del ser humano en cuanto a su propia moral. Para poder ser virtuoso se tendría, (ya sea para la religión, para una cuestión social, o filosófica) que buscar la misma persona en su propio ser y encontrar lo que en realidad es justo para el y su alrededor, encontrar ese bienestar único sin perdernos del camino, y si llegásemos a salir de ese camino, nos encontraríamos con los dos tipos de vicios que establece Aristóteles. El vicio por defecto: Temeridad, intemperancia o libertinaje, prodigalidad. El otro vicio es por exceso: vendrían siendo la cobardía, la insensibilidad, y la avaricia. Esto ya tendría que dar al individuo una reflexión de si mismo y llegar a una corrección de sus errores.

Diálogos Platónicos

Eutifrón:

Sócrates anda por el Tribunal de Atenas, preocupado por la acusación de Meleto que en su contra ha formulado de corromper las costumbres de su patria. En esta queja judicial que formula según Sócrates, menciona la duda acerca de la existencia de los dioses, conversa Sócrates con Eutifrón, en torno de la vida religiosa, la piedad, lo santo y lo misterioso.
Discuten con el asunto del padre de Eutifrón, el cual mato a uno de los criados de la familia, Eutifrón no sabia que hacer si acusar a su padre o dejar el asunto como si no hubiera pasado nada, Sócrates lo ilumina sobre lo que es el ser pío y el ser impío, la decisión que esta tratando de tomar Eutifrón de acusar a su padre de sus malos actos, es parte de la piedad ya que Eutifrón no debe dudar la idea de que es mejor acusar al que a obrado mal. Alguien que es virtuoso no tiene que ser lo contrario a su virtud, esto es parte de lo que Sócrates le da a entender a Eutifrón, Igual da a entender que nadie nace virtuoso, uno mismo construye su virtuosidad. Sócrates define lo pío como lo justo para el hombre y no para los dioses, Eutifrón no sabe como definirlo y de tanta contradicción se confunde y se despide de Sócrates diciéndole que tratara de pensarlo mejor en otra ocasión. En cuanto a la acusación que le hacen a Sócrates es parte de la impiedad, por el simple hecho de que en este caso Meleto el que acusa a Sócrates de ser impío, no tiene los suficientes recursos para comprobar lo que realmente esta acusando y lo hace con fines de reprimir y mandar sentenciar a Sócrates.
1) Virtud es conocimiento: La justicia, piedad, valentía, Sabiduría, son virtudes que derivan del mismo conocimiento, el que desconoce o ignora no tiene interés por la virtud en sí.
2) Unidad de la virtud: Alguien que es virtuoso no tiene que ser lo contrario a sus virtudes, tiene que ir con lo que el conoce, con lo que realmente lo hace sentirse satisfecho sin culpa. Añade que nadie nace virtuoso, uno mismo construye su propia virtuosidad y llega a ser virtuoso totalmente. [10]

Protágoras:

El tema principal de discusión es la naturaleza de la virtud. Para Protágoras, la virtud es única, pero tiene diversas partes, “cada una con su facultad propia, a la manera que el rostro es uno, pero tiene cinco órganos de los sentidos”[11]. Asimismo, la virtud se puede enseñar, lo mismo que cualquier técnica o habilidad. Los hombres pueden acceder a alguna de las partes, pero no a todas, siendo la principal, la sabiduría. Justifica el que de padres buenos salgan hijos malos, o de padres malos, hijos buenos, por la disposición de los hijos, lo mismo que si se les enseñase a tocar la flauta.
Sócrates no cree que la virtud se pueda enseñar y ambos se enzarzan en una discusión con numerosas preguntas, réplicas y contrarréplicas, en la que los demás personajes hacen de público y de jueces. Sócrates reprocha a Protágoras que elude sus preguntas con respuestas demasiado largas, para desviar la atención. Finalmente, declaran la cuestión como demasiado compleja, declarándose mutua admiración y respeto. En una parte Protágoras dice que los sofistas van a poder manejar sus propios bienes y mejorar la política. Ellos enseñan la administración y el arte de la política, si el propio sofista sabe controlar esto llega a su propia virtud.[12] Sócrates le pregunta al Protágoras, “la virtud es una o son muchas” éste le contesta “que todas las virtudes son completadas como la virtud política, la virtud humana…”[13] Sócrates le responde, “la virtud es saber, la virtud aplica a saber que hacer en cada ocasión, la prudencia es virtud pero igual es habilidad.” Sócrates sostiene que no hay hombres malos si no ignorantes de la verdad, igual el vicioso, equivoca su cálculo de bien. En el cual el cálculo es descuidado. No puedes enseñar a ser virtuoso, lo que debes hacer es encaminar a alguien para darse cuenta de su virtud.

Gorgias:

La relatividad de Protágoras pasa a ser en Gorgias escepticismo, al declarar falsas todas las opiniones (puesto que ninguna opinión puede ser contrastatada con la realidad). Nos movemos en el mundo de la mera opinión, siendo la verdad para cada uno de nosotros aquello que nos persuade como tal. La retórica es la técnica de la persuasión, y el sofista, el maestro de la opinión. Aquí se entiende un poco lo que es la ética socrática la Eudaimonía (felicidad) “El fin de la vida es la felicidad” siempre estamos en esta búsqueda de encontrar la felicidad, pone Sócrates sus principios morales de la ignorancia como la fuente del mal, que es mejor sufrir una injustita que cometerla, y de que la unidad de la virtud es el conocimiento. La moderación de los placeres igual como le da a entender a polo, es parte de la virtud. La Templanza de cada uno nos lleva al estado de la “ataracia” del griego “ataracos on”[14] que significa no turbado ó tranquilo; esto a la vez provoca un momento de desesperación por no saber que es lo que sigue, Sócrates dice que hay que de alguna manera sabernos moderarnos en esos momentos incómodos, apareciendo de alguna manera las virtudes intelectuales (estas necesitan a su vez cierto conocimiento particular que conducen a cierta felicidad y placer) que son: La ciencia, el arte y la prudencia.[15]

La República IV:

Platón por medio de Sócrates (como en la mayoría de los Diálogos), empieza a describir una gran República, cuando en esa República comienza a darse el término de Justicia suelen presentarse tres virtudes que son:
1) La prudencia: (fronesis) Corresponde a una sola clase Social, Los Gobernantes, el hombre que debe ser Sabio que puede ver claramente lo que compone a la justicia. (Se explicara después en la República VI las virtudes que componen al gobernador esencial)
2) El valor: (andreia) El valor es adquirido a los Guardianes, saber que es la educación, teniendo gran responsabilidad de sus actos, para así cuidar bien de sus asuntos.
3) La Templanza:(swfrosune) El pueblo, el autodominio de este es indispensable, el autodominio de la gran masa del gobierno.
El modelo anterior alude al modelo del alma de Platón que sería: (representado en el ejemplo de la carroza con los dos caballos en el Fedón)
a) fronesis: Es en parte la prudencia que sale del “logos” el pensamiento, la mente, el razonamiento ó lo racional.
b) andreia: ”qumos” Es la fogosidad, el ímpetu, el querer ir por algo, y puede estar ligado a lo irracional (aparentemente). El empuje del timo, sería superar lo que lo irracional impone. Es el impulso que modera ó equilibra la tracción ó el roce de lo racional con lo irracional.
c) swfrosine: ”epiqmia” lo irracional, la parte del alma que se deja llevar por los placeres y las pasiones, lo apetitivo y lo concupiscente.

La República VI:

En esta parte Platón busca un plano bien estructurado para los gobernantes. El único que pude gobernar con justa razón es para él el rey Filósofo. El filósofo tendrá que salir de los guardianes de la República, y adquiere un conocimiento extra y consiste el conocimiento de las virtudes que el filósofo tendrá que conocer, aparte de la virtud verbal. Estas virtudes son:
Verdad[16]: Hay que conocer a fondo la naturaleza, este conocer es movido por el enamoramiento al saber que no esta dentro a las vicisitudes de la generación y de la corrupción. La autenticidad y la voluntad de no dar en modo alguno cabida a lo falso, sino desatarlo y amar la verdad. Esto es muy necesario y aspirar con vehemencia desde la juventud, a la verdad.
Justicia[17]: Con la justicia poder ver la verdad, aplicarla y saber esencialmente en que forma se va a aplicar. El alma debe ser justa y apacible
Valor[18]: Aquí el temor, el miedo se queda fuera, no tenerle miedo a la muerte, esto principalmente caracterizaría y le darían una gran fortaleza al rey filósofo. Un natural cobarde y bajo no podrá tener parte en la filosofía que lo sea de verdad.
Autodominio[19]: El no dejarte llevar por las pasiones, aunque uno sienta el impulso. Moderarse ó templarse. Dejar de lado los placeres del cuerpo, si es filósofo de verdad y no fingido. Que no se rija por la riqueza, por lo que los ambiciosos desean.

Menón:

Menón el joven seguidor de Gorgias, le pregunta a Sócrates al inicio del dialogo, que si es posible enseñar la virtud. Menón realiza tres intentos para definir algo de la virtud, no da buenos argumentos, y el mismo reconoce que no es capaz de poder estar dentro de la búsqueda del saber. Para ser enseñada la virtud tendría que formase como conocimiento, y queda claro que la virtud es conocimiento, pero de igual manera será enseñada por algunos maestros con sus respectivos discípulos, la cuestión queda en quienes serán esos maestros. Ánito interviene y tratar de descifrar quienes pueden ser los capaces de enseñar, estos son los bellos y buenos, Sócrates claro que no está de acuerdo que estos con esas cualidades no son del todo indispensables para enseñar la virtud como conocimiento y tampoco los mejores Atenienses por ciertas razones y en esta parte no es suficiente el demostrar quien puede enseñar, es hasta después con apoyo de lo anterior, donde Platón muestra la <> y esta es una parte útil para el conocimiento. Es un don, que no se recibe por naturaleza, ni se enseña ni se aprende, es exclusivo e intransferible, aquí es donde surge la virtud, el origen de ella. [20]
Es importante este dialogo, en el sentido que forma parte de las ideas que tiene Platón para formar la Academia, ya que cuando la virtud sea enseñable, es necesario que alguien llegue a enseñarla como conocimiento fundamental para los alumnos.

BIBLIOGRAFIA:

Platón (2007). La república, introducción, versión y nota de Antonio Gómez Robledo. UNAM.

Platón, Diálogos I, Apología, Critón, Eutifrón, Ion, Lisis, Cármides, Hipias menor, Hipias mayor, Laques, Protágoras. Biblioteca Clásica Gredos.

Platón, Diálogos II, Gorgias, Menéxeno, Eutidemo, Menón, Crátilo. Biblioteca Clásica Gredos.


José M. Pabón S. de Urbina. Griego clásico – Español, diccionario manual. Edit. VOX.
Diccionario Filosófico, Ezcurdía Híjar Chavez Calderón.

Prefacio de Jorge Luis Borges. Diccionario Enciclopédico. Grijalbo

http://www.elalmanaque.com/noviembre/17-11-eti.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Virtud_cardinal

notas al pie de paguina:

[1] José M. Pabón S. de Urbina. Griego clásico – Español, diccionario manual. Edit. VOX. p.84
[2] http://www.elalmanaque.com/noviembre/17-11-eti.htm
[3] Prefacio de Jorge Luis Borges. Diccionario Enciclopédico. Grijalbo. P. 1735
[4] Diccionario Filosófico, Ezcurdía Híjar Chavez Calderón. P. 228
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Virtud_cardinal
[6] ROYO MARÍN, ANTONIO (1988). Teología de la perfección cristiana. Madrid
[7] Cf. Ambrosio de Milán, Exposit. in Lc lección 5, nn. 49.62.
[8] Catechismus Catholicae Ecclesiae. Roma: Libreria Editrice Vaticana.
[9]www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiagriega/Aristoteles/Virtud
[10] Platón, Diálogos I. Eútifron. P.213
[11] Platón (2003). Diálogos I .a. Biblioteca Clásica Gredos.
[12] Ibíd. 318-d Pp.520-521
[13] Ibíd. 322-d Pp. 527-528
[14] José M. Pabón S. de Urbina. Griego clásico – Español, diccionario manual. Edit. VOX. P. 92
[15] Platón, Diálogos II, Gorgias. P. 9 Biblioteca Clásica Gredos.
[16] Platón (2007). La república. VI 485 a, p.203
[17] Ibíd. VI 486 b, p. 204-205
[18] Ibíd. VI 486 b, p. 205
[19] Ibíd. VI 485 d-e, p. 204
[20] Platón, Diálogos II, Menón. 86 d – 95 a

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores